El 2022 fue un año trascendental y de gran impacto para todo el sector energético español. Según datos monitorizados de Unef, el boom del año pasado propició que se instalasen en torno a 200.500 infraestructuras residenciales para autoconsumo en España, lo que supuso un nuevo récord tras un incremento del 108 % respecto al 2021. Sin embargo, no ha sido igual para el 2023. Según el medio, La Razón, la demanda residencial cayó entre un 20 y 30 % en lo que va de año, debido a la inflación, la caída del precio de la luz y los problemas de gestión de subvenciones. Por otra parte, José Donoso, director general de la Unión Española Fotovoltaica (Unef), añade que las cosas han cambiado y asegura que la caída está afectando a todas las compañías del sector, aunque más a aquellas que se arriesgaron y se dimensionaron para una situación excepcional como la de 2022.

Svea Solar fue la primera compañía en anunciar que estaba negociando el despido del 25 % de su plantilla en España. Un proceso que inició el 9 de enero del presente año, día en que se comunicó a los trabajadores el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que estaría actualmente en proceso de negociación con los representantes de los trabajadores. La plantilla estaba formada en ese momento por unos 120 trabajadores y el motivo que la compañía sueca especializada en sistemas de generación de energía solar fotovoltaica para el autoconsumo, dio estuvo asociado a “pérdidas económicas”.

Posteriormente, le siguieron compañías como Holaluz quien en agostó anunció que había recortado un 32 % de sus ingresos en el segundo trimestre de 2023. En su momento, la comercializadora eléctrica de Carlota Pi comunicó un descenso en la facturación, atribuido a la caída del precio de la luz. Asimismo, Holaluz cerró el primer semestre del año con unos ingresos de 163,1 millones de euros, equivalentes a un 32 % menos comparado con en el mismo periodo de 2022 y un 19 % menos en comparación con en el primer trimestre de este año.

En concreto, anunció una rebaja del número de contratos solares gestionados en 2023 desde los 40.000 a unos 18.000 y para 2024 recortó el número de 75.000 a unos 37.000. El ebitda normalizado prevé que pase de 32 millones previstos en 2023 a entre 4 y 10 millones y desde 80 millones previstos a 27 millones en 2024. Pese al importante reajuste, la comercializadora afirmó que los fundamentos del mercado solar siguen intactos.

Ahora, a inicios de la semana pasada la compañía de placas e instalaciones solares, SolarProfit anunció un ERE que afectará el 30 % de su plantilla. Los motivos, según la empresa se debe a la ralentización de la demanda de instalaciones fotovoltaicas por parte de los hogares a causa de la moderación de los precios de la electricidad.

Aunque no todo es tan negativo, puesto que a pesar de los múltiples rumores que estaban surgiendo a principios de septiembre, alrededor de EiDF Solar, la compañía se ha pronunciado para desmentir que haya iniciado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para ajustar su plantilla. A través de un comunicado el grupo especializado en autoconsumo fotovoltaico precisó que a largo plazo sí ven factible deshacerse de activos, pero solo de aquellos que no formen parte del eje principal de la actividad de la empresa. Además de desmentir la información, también subrayó que, de hecho, en el presente ejercicio la plantilla se ha incrementado en un 6 % respecto del ejercicio anterior. Asimismo, dentro del plan de acción que comunicó al mercado el 17 de agosto, destacó que va a reforzar sus equipos, y en especial las áreas de ‘Compliance’ y auditoría interna.

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